
La iglesia necesita reforma, no deconstrucción
Una breve guía sobre el movimiento exevangélico

Deconstrucción es una palabra de moda en estos días. El término exevangélico ha surgido como un marcador de identidad y como un movimiento activista [enlace en inglés]. Las historias de fe de las personas, así como las historias de su «pérdida de la fe», a menudo son emotivas y vulnerables. Nacen de su vida y de sus experiencias, y los cristianos que luchan con la fe necesitan amor y un oído atento, no meros argumentos.
Con todo, como iglesia tenemos la responsabilidad de incluir serias y más amplias conversaciones culturales en torno a la deconstrucción. Jesús es la verdad que nos libera. Hacer preguntas difíciles sobre la fe es normal; es una parte necesaria de la madurez cristiana. Pero existen formas mejores y peores de evaluar críticamente las expresiones que afirman tener la verdad. Tome en cuenta lo siguiente como pautas útiles:
Primero, distinga entre deconstrucción y reforma. La iglesia es una institución creada por Cristo, pero también es una institución pecaminosa. Siempre necesita reformas. Si la frustración de una persona con la iglesia surge de la visión bíblica de la comunidad, no es deconstrucción. Es un llamado a la iglesia a volver al Evangelio.
Siempre ha habido reformadores en la iglesia, pero nunca antes los llamamos deconstructores. No se trata de mera semántica. Llamar a reformar algo (en lugar de simplemente destruirlo) es reconocer implícitamente la integridad de su diseño original.
Por ejemplo, a menudo me desalienta la misoginia que veo en la iglesia. Pero también reconozco que la noción de dignidad intrínseca ...
from Christianity Today Magazine https://ift.tt/3DiFcud
0 Response to "La iglesia necesita reforma, no deconstrucción"
Post a Comment